Más de 80.000 personas han participado en la 57ª Feria del Libro de Valladolid que concluyó el pasado 9 de junio. Una cifra que lo convierte en uno de los eventos culturales más destacados de Valladolid y de Castilla y León gracias a una oferta de calidad y variada, que ha convertido la Plaza Mayor en el gran epicentro de la cultura durante los últimos diez días.
La 57ª Feria del Libro de Valladolid se recordará por las largas colas en las firmas y la gran asistencia de público tanto a las actividades culturales en formato de encuentros con los autores y mesas redondas celebradas en el Círculo de Recreo como en las actividades de promoción de la lectura y talleres del Pabellón de la Plaza Mayor.
“Ha sido una feria sensacional y así nos lo han trasladado los profesionales, los escritores y el público”, ha afirmado la concejala de Educación y Cultura de Valladolid, Irene Carvajal, quien ha mostrado su voluntad de trabajar para seguir mejorando el formato y hacerlo aún más atractivo para todos los públicos con la premisa de que “la literatura, la buena literatura sea la gran protagonista”.
Uno de los hechos más destacados es la gran presencia de público de todas las edades, atraídos en buena medida por algunos de los autores que se acercaron hasta Valladolid para firmar sus libros. En este apartado cabe destacar los nombres de Inma Rubiales, César Pérez Gellida, Andrea Longarela, Blue Jeans, o Fernando Aramburu cuyos seguidores estuvieron en algunos casos hasta dos horas esperando su turno para conseguir esa firma y fotografía con los autores.
Las actividades de promoción de la lectura también han contado con una alta participación, con un lleno en todos ellos y con la necesidad, en algunos casos, de habilitar más mesas de las previstas inicialmente para atender a la gran demanda del público familiar, que se acercaba con los niños y niñas tanto a los cuentacuentos como a los talleres de ilustración.
En el apartado comercial, la visión general tanto de las librerías como de las editoriales presentes ha sido “buena” y han apuntado a dos claves: la buena programación con actividades para todos los públicos que ha atraído a los lectores y el emplazamiento en la Plaza Mayor, que a su juicio “es del mejor” para la celebración de la feria como punto neurálgico de la actividad de la ciudad, según ha destacado el presidente del Gremio de Libreros, Pablo de Garay.